8M: Enredadas en el cambio del emprendieminto femenino

“Apoyándonos las unas a las otras podemos salir adelante y reinventarnos”

Sofía Vázquez Manzano, de la cooperativa Mulleres Colleiteiras, define a la perfección la esencia de una idea que surgió en TDS alrededor de una mesa del Parque del Retiro de Madrid allá por 2019. Si las mujeres se encuentran, se apoyan, se acompañan, intercambian experiencias y vivencias, y se convierten en referentes de emprendimiento y liderazgo femenino. Si conseguimos crear y consolidar una Red Internacional de Emprendimiento y Solidaridad (RIES), podremos contribuir a romper las barreras y desigualdades de género existentes en las sociedades en distintas partes del mundo. Así nació nuestra campaña Enredadas en el cambio, a la que se han ido sumando mujeres con diversas realidades, de lugares distantes, con emprendimientos diferentes, pero con mucho más en común de lo que nunca pudieran imaginar.

Espacios para el encuentro

“Hace algún tiempo tuve la oportunidad de asistir a un taller de la Fundación y fue entonces cuando tomé conciencia de los lazos invisibles que unen las realidades femeninas al margen del lugar del mundo en el que te encuentres”. 

Paula Núñez ya era emprendedora, pero a esta coach gallega le llamó la atención la propuesta de unirse a otras mujeres en nuestros Encuentros conscientes

“espacios participativos en los que poder “enredarse” con el objetivo de impulsar y fortalecer sus iniciativas de emprendimiento y empoderarse”

asegura Ana Silva Romero, técnica de TDS y responsable de estos encuentros en Galicia. 

Mujeres que acompañan a mujeres

Por eso, cuando le propusimos a Paula convertirse en mentora voluntaria de otra emprendedora en el proyecto Emprendamos, que apoyamos en Medellín, Colombia, no lo dudó.  

Además, esta colaboración me ha confirmado aún más si cabe que no hay distancia ni fronteras cuando hablamos de emociones. Los miedos, inseguridades y tropiezos son los mismos seas una mujer de Colombia, de España o de cualquier otro sitio”.

María Yaqueline Restrepo, su mentorizada en este programa piloto MentoRIES, asegura que la experiencia de trabajar con Paula le ayudó mucho.

Yo tenía la autoestima muy baja, estaba pasando por un proceso muy difícil y ella siempre estuvo ahí para apoyarme. Más allá de todo lo que me aportó en mi negocio, yo resalto, sobre todo, lo que me ayudó en ese trabajo interno. 

Porque, como descubrió Yaqueline, para emprender y tomar las riendas de tu propia vida es necesario contar con una fortaleza interna que te permita “tener claro que valemos, que podemos”, señala Sofía Vázquez. Ella, al igual que Yaqueline, tuvo que enfrentarse a muchas dificultades. En su caso, como en la mayoría de las mujeres con las que trabajamos, también se daban varios factores de discriminación, la denominada interseccionalidad, es decir, la superposición de varios factores, como pueden ser la raza, el género, la etnia, incluso el aspecto físico, la edad o la ubicación geográfica que llevan a las desigualdades sistemáticas en la sociedad. 

Los rostros del emprendimiento

Sofía es una mujer gitana, que dejó los estudios, se casó pronto y fue madre muy joven. Pero llegó un momento en el que decidió que quería tomar sus propias decisiones y encontró un grupo de mujeres que le apoyaron. En la cooperativa Mulleres Colleiteiras

“cuidamos el medio ambiente con el reciclado de aceite usado de cocina que recogemos y luego se convierte en biodiesel. Pero, además, se le da una salida laboral a muchas mujeres que nunca tuvieron esa oportunidad de futuro. Tenemos formación en horario laboral para volver a estudiar, para sacar el carné de conducir, y además contamos con un taller de nutrición, salud y deporte. Me siento muy bien porque ahora yo decido y cuando me llaman muchas mujeres gitanas para preguntarme qué pueden hacer, les puedo ayudar”.  

En este deseo de estrechar lazos con más mujeres que como ella decidieron emprender, no se lo pensó dos veces cuando le pedimos que fuera una de las siete protagonistas de la muestra fotográfica Enredadas en el cambio.Porque apoyándonos las unas a las otras y mirando siempre en positivo podemos salir adelante y reinventarnos”.  

Algo que comparten Lisbeth y Lurdes, otras dos las emprendedoras de esta muestra. Las tres tuvieron la oportunidad de conocerse, de intercambiar experiencias y conocimientos en el encuentro de inauguración de la exposición en Madrid. Una emprendedora gallega, una nicaragüense y una boliviana, tres mujeres de realidades distintas, pero que han descubierto que tenemos muchas más cosas en común que diferentes, como destaca la presidenta del patronato de TDS, la Sierva de San José Eugenia Curto. 

Lo importante es que “las mujeres tenemos que salir de la burbuja en la que nos han criado y coger las oportunidades que nos da la vida”, apunta Lisbeth de los Ángeles Matey Melgara, apicultora nicaragüense, participante de Jóvenes Constructores, uno de los diecisiete proyectos de cooperación que apoyamos desde TDS.

En 2022 puede formarme en apicultura y fue un éxito para mí y para otras muchas mujeres. Sé que enfrentarse a la apicultura no es normal para una mujer, pero se puede, he aprendido a darme el valor que tengo. Además, ahora ya no solo miro por mí. Soy la presidenta de la cooperativa que hemos creado y ahí estoy para ayudar a abrir expectativas a otras personas que estaban igual que yo”.  

Historias de emprendimiento con nombre propio, a las que se unen en esta exposición las de la peluquera colombiana Ivonnsabel Zambrano Gutiérrez, la costurera boliviana Lurdes Herrera Toco, la productora peruana de cuyes María Elena Condori, la panadera boliviana María Luisa Flores y la ganadera valenciana María Elvira Chorques Pareja. Siete mujeres valientes que comparten esfuerzo, constancia, empatía e ilusión por lo que hacen y por contribuir a que otras mujeres como ellas puedan verse reflejadas en su trabajo 

El acompañamiento entre mujeres, la formación técnica, el apoyo psicosocial, el trabajo en red… piezas de un mismo puzle que contribuyen a que las mujeres se conviertan en dueñas de sus propias vidas.

Mujeres emprendedoras comprometidas

Con todas estas historias “enredadas”, estos emprendimientos y vidas de superación, “fui más consciente de que había muchas mujeres en otros puntos del mundo que lo tenían aún mucho más difícil, por eso decidí que de la venta de mi primera vivienda iba a donar una pequeña parte a Taller de Solidaridad, porque considero que debo estar muy agradecida de las posibilidades que tengo. He tenido la suerte de conocer a estas mujeres de Latinoamérica y ver cómo han levantado sus emprendimientos con tantas dificultades. Eso me ha llevado a pensar que sí ellas pueden, si se están acompañando para salir adelante, son valientes para seguir, por qué no lo voy a ser yo, si tengo muchísimas más facilidades dentro de todas las dificultades y darme cuenta de lo afortunada que soy por tener un grupo de mujeres en las que me puedo apoyar, acompañar y seguir aprendiendo”, señala Rocío Resino, emprendedora y socia de AMEL (Asociación de Mujeres Empresarias de Leganés).

El compromiso de nuestros comités

Como ellas, muchas otras voluntarias y voluntarios de TDS siguen colaborando para que estas historias con rostro y nombre propio lleguen a sus ciudades.

“En el comité de Málaga estamos muy orgullosas de haber logrado exponer la muestra en nuestra tierra. Unirnos las mujeres de los dos lados del océano nos hace más conscientes de nuestras posibilidades y exponer estas fotos puede concienciar a muchos de la importancia de nuestra colaboración, apunta Estrella Fernández Rodríguez, coordinadora del comité de voluntariado. 

“Con esta exposición nos hemos vuelto a ilusionar, porque hemos dado a conocer todo lo que estas mujeres están realizando y la gran labor que hay detrás”, señala Carmen Souto Valera, coordinadora del comité de Santiago de Compostela. 

Cada vez más mujeres de aquí y de allí, emprendedoras, mentoras, formadoras, técnicas, voluntarias, donantes… se unen a esa Red Internacional de Emprendimiento y Solidaridad, para dar visibilidad a “esos lazos invisibles que unen las realidades femeninas” y acabar con las barreras y desigualdades de género que recorren las sociedades.  

Por un 8 de marzo en el que todas nos “enredemos” en el cambio del emprendimiento femenino

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