El emprendimiento femenino una apuesta para el desarrollo
“Soy emprendedora, siempre estoy dispuesta a aprender e iniciar cualquier proyecto, tengo muchos ánimos y trabajo junto a mi esposo. Las mujeres podemos todo solo necesitamos algo de orientación…”
Ana Chillihuani Yapura, emprendedora turística en Cuzco, Perú
Mi nombre es Ana Chillihuani Yapura, soy de la comunidad de Andamayo, tengo 37 años, 5 hijos y estoy casada. Me dedico al turismo y con ello ayudo a mi familia. Soy parte de una asociación que se formó en mi comunidad y he recibido capacitaciones. Creo que trabajar en este rubro es muy bueno, ya que puedo ayudar a mi familia. Por ejemplo, en el tiempo de la pandemia con esta actividad pude tener dinero para las recargas del celular y que mis hijos continúen estudiando.
He recibido en mi casa a visitantes que me pagaron por los alimentos que preparé y el alojamiento que les ofrecí. Trabajo desde mi casa con el turismo cuidando a mis hijos y animales. Es un trabajo que me ayuda mucho para seguir progresando.
Me siento contenta y alegre con los ingresos que genero, ya no dependo solo de mi esposo o de su trabajo, pues a veces no tiene y por tanto no hay plata. Soy emprendedora, siempre estoy dispuesta a aprender e iniciar cualquier proyecto, tengo muchos ánimos y trabajo junto a mi esposo. Las mujeres podemos todo, solo necesitamos algo de orientación.
Pienso que las mujeres y varones somos iguales, solo necesitamos un poco de ayuda para motivarnos. Los varones a veces nos minimizan, pero las mujeres somos muy responsables, podemos trabajar en cualquier cosa, también desde nuestras casas y ganar nuestro propio dinero.
¡Tengan ánimo, no solo dependamos de los varones! Las mujeres debemos aprender a trabajar, tener fuerzas para ganar dinero de forma honesta y sacar adelante a nuestras familias, en nuestras manos está cualquier conocimiento.
Mi trabajo es bueno para mi familia, mis hijos están alegres y me dicen que soy una mujer valiente, yo les digo que ellos también deben ser valientes y aprender para que se desempeñen en cualquier lugar, que no hay por qué avergonzarse; ellos están orgullosos de mí y yo de ellos. Me ayudan en casa y también aprendieron a atender a los visitantes.