El Sur que yo descubrí

El Sur que yo descubrí

Mi “Taller en el Sur” fue un regalo. Me ofreció un hermoso país, Chile, una altiva cordillera, blanca, majestuosa, visible desde cualquier rincón; compañera inseparable de viaje, que te acoge, que te guía y te recuerda que el país es singular; un país cuyo escudo representa la fuerza y la grandeza de su cóndor y a su vez la finura y la elegancia del huemul.

El Sur que yo descubrí. Voluntariado internacional Chile 2015

A su sombra, en el Centro de Colina, al norte del gran Santiago, he conocido, compartido y aprendido de muchas personas que sufren, invisibles para quienes no quieren ver; niños vulnerables, niños que saben que la vida puede estar teñida de tonos grises. He conocido también a personas luchadoras, empeñadas en lograr que esos colores tan grises se vuelvan más luminosos.

Mujeres que aprenden en los talleres, que salen de su entorno duro y descubren día a día lo mucho que pueden hacer.

El Sur que yo descubrí. Voluntariado internacional Chile 2015Niños que son y se saben queridos en el Centro; que reciben formación y, además de su merienda, se alimentan de respeto y de amistad. Niños cuya vida sería “una vida de calle”.
Familias a quien se apoya, a las que hay que recordar la importancia de ir a un médico, que asistan a clase sus hijos y si han de realizar un trámite. Alegrarse con sus logros o simplemente escucharles.

Todo eso viví en el Sur y de ellos aprendí que los “sures” pueden ser “nortes” y que el “norte” puede ser “sur”.

C. A. R. / Colina-Chile / 18-7-2015 a 18-8-2015

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