Nuestro encuentro con Piura
El sábado 22 de julio, a las 5 de la mañana, llegamos a Piura. Durante el fin de semana nos sumergimos en la ciudad y alrededores. Piura es una ciudad al norte de Perú, que ha quedado marcada por el fenómeno el Niño Costero que, desde fines de enero hasta fines de marzo, azotó Perú dejando 101 fallecidos, 353 heridos, 19 desaparecidos, 141 000 damnificados, afectando principalmente a las regiones al norte del país: Tumbes, Piura y Lambayeque. Este fenómeno dejo muchas personas sin vivienda y deterioro las infraestructuras más allá de lo que ya estaban. El polvo blanco de la tierra es una constante.
Nuestra casa está situada en una avenida, no entendida como las avenidas de nuestras ciudades, donde el tránsito continuo: autobuses, camiones, moto-taxis…, nos cubren de blanco continuamente. Si tuviera que destacar algo de esta ciudad, sería la amabilidad de sus gentes, y su respeto. Pero sobre todo hay dos cosas que me gustaría resaltar por parecerme especialmente significativas. En la entrada a supermercados, en lugares muy visibles, se mostraban carteles en los que se prohibía cualquier tipo de discriminación y en otros lugares, como la estación de autobuses, se comunicaba la necesidad de exhibir los documentos de los menores para evitar la trata de personas. La necesidad de poner este tipo de información responde a la existencia de una gran discriminación por color, raza, indumentaria…, y se da en cualquier lugar púbico de forma habitual. El gobierno publicó leyes para evitar esta discriminación, pero éstas no se cumplen; en Perú parece que esto es una constante.
Pero, sobre todo, me impactó la visibilidad de los cárteles referentes a los menores. Esto obedece a que Piura es una zona de tránsito cercana a Ecuador donde desaparecen muchos niños. Es un tema especialmente dramático, en el que Canat se ha implicado.
Pensaréis que estas cosas también ocurren en nuestro país, pero creo que hay una gran diferencia, la frecuencia e intensidad con que suceden y la desprotección de las personas ante esta situación; existe una falta de respuesta desde las autoridades locales y estatales. Hemos conocido situaciones auténticamente dramáticas.
Nuestro primer día en Canat
Hoy es nuestro primer día en Canat, a las 8 de la mañana nos han ido a recoger para traernos al centro. Nos hemos encontrado con voluntarios y voluntarias de diferentes lugares de España. Después de las presentaciones, hemos visto un vídeo explicativo para conocer Canat y nos hemos dividido en grupos para trabajar sobre diferentes temáticas. Nosotras hemos estado en el grupo que llaman de socialización de casos. En él se han presentado diferentes situaciones reales, se han analizado las distintas estrategias que se han llevado a la práctica y sus resultados y posteriormente se han identificado otras nuevas. Lo que más me ha llamado la atención y me ha parecido importante era como se abordaba la situación con la partición de todos y todas los que estábamos presentes.
En Canat se trabaja en la atención integral de los niños y niñas, educar en hábitos y transmitiendo valores a través de las actividades que desarrollan en el Centro, en los diferentes espacios: las clases, la comida o el momento de aseo. En este grupo abordamos temas como: “los niños no quieren ducharse”, “el niño no respeta normas u agrede”, etc. Se planteaban casos reales en los que entre todos se buscan posibles soluciones. Lo más llamativo es como todos y todas los que participábamos podíamos dar nuestra opinión, intervenir…, tanto el joven de 16 años, como el adulto de 50, y todo ello, con gran respeto y actitud de escucha.
Tras el trabajo en grupo nos hemos reunido y se ha organizado el horario de las actividades lúdicas que se llevarán a cabo durante esta semana. Estarán realizadas por un grupo de españoles que llevan a cabo el proyecto de manitos creciendo. Estos primeros días coinciden con las Fiestas Patrias, conmemoración en la que Perú celebra su independencia de España.
Finamente nos han presentado bailes regionales y hemos compartido juntos la comida. Es de destacar la acogida, amabilidad y sencillez que hay en todo momento. Hacen que te sientas como si estuvieras en casa.
Ana Pizarro. Piura. Perú
Me alegro que estéis tan bien integradas,y esa labor tan importante que hacéis ,os deseo todo lo mejor Besotes para las dos
Gracias Ana lor tu comentario. Nos acercas mas a lo que estais viviendo. Aprovechad y contad. Asi nos vamos familiarizando con todo lo vuestro