En esta noticia recogemos algunas de las reflexiones de las personas que participaron en nuestra jornada online “El turismo rural como bastión del desarrollo local en Galicia y Perú”
“La pandemia ha venido para recordarnos cuál tiene que ser la esencia de ese turismo que pretendemos desarrollar en nuestras comunidades. Si durante el verano y el otoño el turismo rural ha sido uno de los elementos más buscados es precisamente porque vuelve a esa esencia, vuelve a la Naturaleza, y sobre todo a las experiencias. Lo que uno es, lo que uno vive, ese patrimonio inmaterial, esas costumbres tradicionales contienen unos valores que se está demostrando que nuestra sociedad está necesitada de ellos. Por ejemplo, la Ribeira Sacra es un patrimonio y es un monumento a la armonía entre las personas y la Naturaleza”.
Francisco Almuíña. Presidente de la Federación Galega de Turismo y la Asociación Ribeira Sacra y Propietario de la casa rural de Romualdo (Taboada, Lugo)
“Desde Andamayo, en Perú, las mujeres emprendedoras queremos compartir con los turistas nuestras costumbres tradicionales. Aquí vivimos tranquilos, felices, con aire limpio, con nuestras plantas. A nuestros turistas les podemos enseñar cómo criamos las vacas, las ordeñamos con nuestras manos, hacemos quesos, nuestra artesanía y eso es lo que queremos dar a conocer. Queremos compartir con ellos cómo vivimos en nuestras casas”.
Ana Chillihuani Yapura. Propietaria de un servicio de agroturismo en Andamayo en la Ruta Turística del Ausangate. Perú
“Hay un elemento conductor similar aquí y allí, que es el valor de las personas, el valor de los territorios, de lo auténtico”
Santiago Bacariza. Jefe del Área de Producto de la Axencia Galega de Turismo de la Xunta de Galicia
“El turismo comunitario te hace partícipe de esa conexión que tienen los pobladores con su patrimonio rural. Es una forma de que el turista pueda volver a sus orígenes, de viajar por nosotros mismos, de reconectarnos”.
Franco Flores Romero. Coordinador de la Estrategia Nacional de Turismo Comunitario del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú (MINCETUR)
El acto, presentado y moderado por el periodista gallego de Onda Cero, Juan de Sola, ha contado con la participación de destacados representantes del sector turístico peruano y gallego que han coincidido en entender el turismo rural como “una vuelta a la esencia”. Algo que la actual pandemia provocada por la COVID-19 ha puesto de relieve, porque como señala Francisco Almuíña: “A veces en el turismo rural nos dedicamos demasiado al turismo, al turista y nos olvidamos de que somos campo, y eso es lo que al final nos da la esencia de todo”.
Una vuelta al origen, a la conexión con las tradiciones es precisamente lo que propone Ana Chillihuani Yapura, esta emprendedora que brinda servicios de agroturismo en la Ruta Turística del Ausangate,. “Queremos mostrar a los turistas nuestras costumbres, nuestra artesanía, todo lo que hacemos con nuestras manos. Queremos compartir con ellos cómo vivimos en nuestras casas”.
Ana representa a una de las más de “100 familias que están trabajando para impulsar la ruta del Ausangate: ofrecen servicio de restauración y gastronomía, familias que están adaptando sus casas para recibir a turistas”, comenta Luis Casallo, representante del equipo de la Asociación Jesús Obrero (CCAIJO) de Perú. Una de las entidades que junto a Taller de Solidaridad y Entreculturas apoya esta Ruta desde 2019, gracias a la financiación de la Xunta de Galicia.
A través de esta iniciativa, pretendemos aprovechar el potencial turístico de la zona, la provincia de Quispicanchi, en Cusco, para mejorar el desarrollo económico y social de sus habitantes, y así dar un impulso a los emprendimientos locales. Trabajamos con los y las emprendedoras, mayoritariamente mujeres indígenas, en las capacidades laborales y empresariales y en la adecuación de sus negocios.
Un turismo rural activo, como el de Ausangate, “que es el futuro. Es hacia donde se camina. Es el turismo que más crece, el turismo de aventura y el turismo vivencial. El turista va a ser recibido por el turismo rural con los brazos abiertos para recuperar ese abrazo y esas energías que no hemos podido transmitirnos de unos a otros. Este turismo tiene el gran valor de que detrás de cada producto, de cada proyecto hay mucha ilusión, muchos sueños. El turismo lo que hace es regalar sueños, y concretamente el turismo rural es transmitir el sueño y los proyectos de personas a personas”, asegura Paloma Fernández, directora de la revista Aire Libre.
Son esas experiencias personales, las tradiciones, la relación con la Naturaleza lo que “da fuerza al turismo rural. Es un turismo que te acerca a lo sostenible, ya que permite que las comunidades, que durante muchos años han protegido y conservado el territorio nacional, lo sigan haciendo y se genere un desarrollo local y sostenible que permita a las comunidades mantener sus territorios y mejorar su calidad de vida”, como apunta Franco Flores Romero, Coordinador de la Estrategia Nacional de Turismo Comunitario del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú (MINCETUR).
Al tiempo que esas comunidades mejoran y protegen su forma de vida, este tipo de turismo ayuda a que la gente “vea lo rural no solo como ese sitio al que vamos de vacaciones, sino como un espacio perfecto para poder desarrollar proyectos de vida, vinculados o no con el turismo. Hay mucha más vida y mucho más futuro de lo que queremos ver en lo rural”, destaca Francisco Almuíña.
La pandemia ha acercado a la gente a los destinos de proximidad, y “ante la visión tan pesimista que se presentaba en el panorama turístico, el turismo rural ha aparecido en el momento clave donde la gente buscaba un destino de reencuentro con la Naturaleza, de poca gente. De hecho, hemos recibido este verano más gente que nunca. Creo que nos estamos redefiniendo. Nos tenemos que reencontrar con el territorio”, señala Santiago Bacariza.
Un reencuentro con la tierra, con la responsabilidad ante la “crisis climática” y con el turismo rural como “oportunidad para que las personas se acerquen y compartan, porque, aunque la Naturaleza entiende de masculinos y femeninos, entiende sobre todo de diversidad”, apunta Francisco. Algo que comparte Paloma, para la que el sector turístico es uno de los pocos “en los que afortunadamente no existe mucha brecha entre hombres y mujeres”.
Y en lo que coinciden el resto de participantes en esta jornada online, en la que se ha evidenciado que la actual crisis sanitaria “ha sido un escaparate tremendo para el turismo rural y ha supuesto un parón a nivel profesional, tanto para que nos actualizáramos como para fortalecer esa colaboración que ha surgido entre la Administración y los empresarios, y que creo que ha venido para quedarse”, añade Paloma.
Ante esta situación, peruanos y gallegos han defendido el turismo rural como una vuelta a los orígenes, una manera de promover la conservación cultural y el entorno natural y un motor de desarrollo local, y han abogado por seguir creando destinos “seguros, sanos y abiertos que contribuyan a evitar la degradación ambiental y a ser más comprometidos responsablemente con nuestro territorio”. A lo que Juan de Sola, presentador del evento, ha querido apuntar que “el turismo rural respetuoso con el medio es posible a un lado y al otro del Atlántico, y que, además, debe ser un derecho humano”.