16 de abril Día Mundial del Emprendimiento
El Emprendimiento, sumado al desarrollo comunitario y a la igualdad de género, es una de las premisas de las que partimos en Taller de Solidaridad para acabar con la pobreza.
Desde Taller de Solidaridad, llevamos más de 15 años trabajando por la igualdad de género, favoreciendo el acceso de las mujeres al empleo y al mundo empresarial. A lo largo de este año más de 504 personas en Filipinas, Colombia y Nicaragua participarán en programas de formación y emprendimiento de la mano de esta ONGD, que financiará su formación y facilitará el acceso a préstamos para el desarrollo de sus negocios. De las 504 de las personas que participan en estos programas 426 son mujeres, muchas de ellas cabezas de familia, que gracias a estos proyectos han podido mejorar sus capacidades de desarrollo personal y de gestión empresarial.
El término emprendimiento no forma parte del Diccionario de la Real Academia Española (RAE). Se trata del efecto de emprender, un verbo que hace referencia a llevar adelante una obra o un negocio. El emprendimiento suele ser un proyecto, individual o colectivo, que se desarrolla con esfuerzo y haciendo frente a diversas dificultades, con la resolución de llegar a un determinado punto. Nosotros entremos el emprendimiento como un proyecto (individual o grupal) de beneficio colectivo en el que es fundamental incorporar el enfoque de equidad de género; convirtiendo éste en arma estratégica en la lucha contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión social. Buscamos incidir en el desarrollo y dinamización de la economía local desde un enfoque inclusivo y sostenible, ayudando a reducir las brechas entre hombres y mujeres, fomentando el pleno empleo y el trabajo digno, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente con el ODS5 (Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas) y el ODS8 (promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos y todas).
Para Paula Carvajal, emprendedora de 37 años del Barrio de Santa Rita, en Medellín.
“Reunir el equipo es el inicio, mantenerse en equipo es el progreso y trabajar en equipo asegura el éxito” Ésta ha sido una de las máximas que ha guiado su paso por el Programa Emprendamos, que venimos apoyando en Colombia estos tres últimos años de la mano de la Institución Técnica San José Obrero. Gracias al apoyo económico recibido por esta entidad, Paula ha podido ampliar su negocio de confecciones comprando maquinaria industrial que le ha permitido mejorar su proceso de producción.
Las distintas caras del Emprendimiento
Siendo en cada país los contextos y los problemas que tienen que afrontar las ONGDs muy diferentes, En Taller de Solidaridad hemos encontrado una respuesta común para enfrentar estas diversas situaciones: promover la creación de negocios y empresas favoreciendo el acceso a la formación y a microcréditos a personas que carecen de oportunidades para acceder a préstamos bancarios.
Al igual que Paula, otros 27 emprendedores de barrios de la periferia en Medellín, han participado en un programa de microcréditos que les ha permitido la compra de maquinaria y mobiliario para iniciar o consolidar sus negocios.
Claudia Patricia Reinaldo Ortiz y Wilmer Nelson García Múñoz, matrimonio ambos de 41 años, nos cuentan cómo la participación en este proyecto les ha permitido mejorar en su negocio:
“Emprendamos nos ha permitido enfocar nuestro proyecto textil y crear una línea propia de ropa de venta a terceros. Hemos mejorado nuestra calidad de vida y reforzado nuestra unidad familiar. Tenemos la intención de seguir creciendo, ofrecer trabajo en nuestro barrio y crear un gremio de unión entre las empresas del sector que fortalezca a nuestra comunidad”.
El proyecto Emprendamos, que a lo largo del pasado año y este 2017 va a contar con el apoyo económico del ayuntamiento de Málaga, nació en Colombia en el año 2014 como proceso formativo con jóvenes de Medellín en riesgo de exclusión social, y tiene como finalidad impulsar ideas de negocio y proyectos productivos, que mejoren su calidad de vida y la de sus familias a través del autoempleo. Con esta formación y el acceso a microcréditos buscamos garantizar el derecho humano al trabajo y la protección contra el desempleo, para que estas personas puedan proveer desarrollo económico, social y cultural para sí mismas y para su comunidad, convirtiéndose en generadores de empleo y dinamizadores de la economía local.
Este proyecto de formación técnica y apoyo económico ha venido acompañado de una formación en actitudes y valores que busca reforzar las posibilidades de éxito entre los participantes.
Un ejemplo de ello es el testimonio de María Auspina, otra de las emprendedoras que se dedica a la confección de disfraces: “Aprecio mucho lo que me ha aportado participar en este proyecto.
A nivel espiritual y personal crecí…, porque era una persona que le temía a los préstamos y he ido pagando mis cuotas. ¡Ahora sé que soy capaz!, el miedo no se ha ido de mi vida, pero aprendí a ir con él de la mano, aprendí a no dejarme vencer y quedarme en el rincón. Aprendí a valorarme más, a valorar más mis cosas”.
En el caso de Filipinas, hemos trabajado para mejorar las condiciones de vida de familias damnificadas por el tifón Haiyan – Yolanda (noviembre 2013), apoyándoles en el proceso de reconstrucción tras la emergencia. La primera fase de este proceso, Soñando un Techo, se centró en la recuperación de las viviendas a 78 familias. Pero no sólo hemos buscado que estas personas mejoren sus condiciones de vida actual; con la segunda fase Construyendo Futuro, a través del programa de microcréditos para emprendimientos productivos, estamos apostando por la recuperación de sus medios de vida, con el objetivo de que las familias se hagan más resilientes frente a futuros desastres naturales. Ayuntamientos como el de Salamanca, Sant Vicenç dels Horts y Santa Marta de Tormes o entidades como la fundación Thaismon o la asociación Integral Solidario han apoyado este proceso de reconstrucción.
En Nicaragua, recientemente, con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, iniciamos un proyecto de Emprendimientos Familiares dirigido a la promoción de procesos productivos de cuatro cooperativas, formadas fundamentalmente por mujeres. Este trabajo se enfoca desde una perspectiva de desarrollo de iniciativas exitosas hacia un sector innovador, siendo un elemento de dinamización de las economías locales para que los municipios puedan acelerar su crecimiento económico y mejorar las condiciones sociales de sus vecinos y vecinas.
Desarrollo personal, comunitario y local son las tres llaves que el emprendimiento puede sumar a la cooperación en aras de construir un mundo más justo e igualitario.