Acerca de este Proyecto
- Dónde: Ushpa-Ushpa, Cochabamba, Bolivia
- Con quién: 70 mujeres y sus familias (410 personas participantes indirectamente)
- Cuándo: Desde 2021 a la actualidad
- De la mano de: Fundación Nuqanchik
- En colaboración con: Siervas de San José
- Gracias al apoyo de: Concello de Santiago de Compostela
“Antes del proyecto, dependíamos completamente de los mercados para comprar verduras, ahora con los huertos que tenemos en nuestra casa, no solo tenemos verduras frescas y orgánicas, sino que también hemos reducido nuestros gastos. […] Yo hago producir todo el año no me falta tomate, perejil, acelga… Me gusta trabajar en mi huertito, también he construido un gallinero para que pongan huevitos mis gallinas. […] Con eso mis hijos comen sanamente.
Mi familia también me apoya y están muy contentos por nuestro huerto familiar, mis hijos riegan las plantas y cuidan a las gallinas, y mi esposo también me ayuda a arreglar y mejorar mi huerto. Este proyecto ha cambiado nuestras vidas, dándonos independencia económica y mejorando nuestra nutrición, me siento empoderada y orgullosa de contribuir al bienestar de mi familia”.
Feli Valda Castellón, participante en el proyecto
Descripción del Proyecto

Desnutrición generalizada
La inestabilidad política y social en Bolivia se traduce en pobreza y dificultades para acceder a servicios básicos, especialmente para las familias más vulnerables. En Cochabamba, esto provoca desempleo masivo, lo que obliga a las familias a vivir al día y contribuye a problemas de adicciones, desigualdades de género y violencia machista.
La soberanía alimentaria de niños, niñas y adultos no está garantizada debido a la falta de acceso a alimentos saludables, lo que lleva a mala alimentación y desnutrición. La dieta se basa en arroz, patatas y pasta, que carecen de nutrientes y proteínas. Además, el acceso a productos frescos como hortalizas y huevos es cada vez más difícil debido al aumento de precios.
Los terrenos secos y el acceso limitado al agua, agravados por el cambio climático y la falta de infraestructura, empeoran la situación. La deforestación, impulsada por el crecimiento poblacional de zonas rurales, ha reducido la vegetación autóctona. Es crucial fomentar la elaboración de abono orgánico, reforestar, controlar la tala masiva, diversificar la alimentación, y mejorar el aprovechamiento de agua, el control de basura y el reciclaje.
Una alternativa para las mujeres
Las participantes de este proyecto son mujeres quechua hablantes que se han mudado del campo a la ciudad y están en situación de vulnerabilidad. La mayoría tiene en promedio siete hijos e hijas y vive en condiciones de hacinamiento, enfrentando a menudo violencia machista en sus hogares. Su nivel educativo es bajo, y algunas son analfabetas. Trabajan de forma ocasional, principalmente en ventas ambulantes o en trabajos domésticos, de cocina y construcción, y se encargan principalmente de las tareas del hogar y el cuidado familiar.
Estas mujeres tienen patios donde pueden crear huertos y gallineros. Durante la crisis de COVID-19, comenzaron a usar estos espacios para producir verduras y huevos, buscando nuevas formas de sustento. Esta actividad generó solidaridad entre familias y vecinos, quienes comparten la producción.
Con la formación y el desarrollo de sus huertos y gallineros, estas mujeres contribuyen económicamente a sus hogares, reduciendo la dependencia del mercado, afectado por la inflación. Algunas incluso venden excedentes a sus vecinos.


En busca de un estilo de vida saludable
Los huertos orgánicos y gallineros familiares están mejorando la alimentación de las familias en Alto Litoral y Monte Olivos en Uspha Uspha. El proyecto beneficia a 70 participantes y sus familias al permitirles producir alimentos orgánicos, saludables y amigables con el medio ambiente, en línea con los ODS 2 y 13 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Además, se crean espacios para que las mujeres de las comunidades se formen, se encuentren y compartan, fortaleciendo sus relaciones, empoderando a las mujeres, y promoviendo la igualdad de género y el emprendimiento familiar.
El proyecto también se enfoca en la conciencia ambiental, incluyendo la forestación de aceras y áreas verdes, y el uso responsable del agua. Se organizan talleres para fomentar una vida saludable y resaltar la importancia de una dieta sana, con el objetivo de reducir la desnutrición en el país.