La luz del conocimiento contra la oscuridad de la violencia

25 de noviembre: Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Han pasado 37 años desde que los y las activistas a favor de los derechos de las mujeres eligieran el 25 de noviembre como día de protesta contra la violencia de género. Una fecha que conmemora el brutal asesinato en 1960 de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominica, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo.

Desde entonces, las mujeres siguen luchando por sus derechos, reclamando una sociedad justa e igualitaria, pero las cifras continúan siendo alarmantes. Según datos de la ONU:

  • En el mundo, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental.
  • Solo el 52% de las mujeres casadas o que viven en pareja decide libremente sobre las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y su salud sexual.
  • Casi 750 millones de mujeres y niñas que viven hoy en día se casaron antes de cumplir 18 años, mientras que al menos 200 millones de ellas se han visto sometidas a la mutilación genital femenina.
  • A nivel mundial en 2012, en 1 de cada 2 casos de mujeres asesinadas, el autor era su compañero sentimental o un miembro de su familia. En el caso de los hombres, estas circunstancias únicamente se dieron en uno de cada 20 hombres asesinados.
  • El 71% de las víctimas de la trata en todo el mundo son mujeres y niñas, y 3 de cada 4 de ellas son utilizadas para la explotación sexual.
  • La violencia contra la mujer es una causa de muerte e incapacidad entre las mujeres en edad reproductiva tan grave como el cáncer, y es una causa de mala salud mayor que los accidentes de tránsito y la malaria combinados.

A pesar de los avances legales y sociales que se han conseguido en los últimos años, estas cifras ponen de manifiesto que la violencia contra las mujeres y niñas es una de las violaciones contra los derechos humanos más extendida en el mundo, y sigue siendo uno de los grandes obstáculos para lograr la igualdad, el desarrollo y la paz en la sociedad.

Por ello, Taller de Solidaridad (TdS) trabaja desde sus orígenes, en 2001, por y para el desarrollo de los derechos de la mujer, principalmente en lugares donde el maltrato femenino se ha convertido en un mal endémico. Su presencia en países como Perú y Bolivia responde a una situación tan devastadora como mortal. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 14 de los 25 países con más feminicidios del mundo se encuentran en América Latina. Durante 2017, al menos 2.795 mujeres fueron asesinadas en esta zona a causa de la violencia de género.

En Perú, saben mucho de esta realidad las mujeres que cada día llegan a Wasi Nazaret. Un centro de atención y prevención a la mujer y a la familia en situación de riesgo situado en Checacupe, provincia de Canchis, y dirigido por las Siervas de San José, con la colaboración de TdS desde 2008 y con la financiación, este año 2018, del Ayuntamiento de Salamanca.

En sus instalaciones forman, informan, apoyan y acompañan a mujeres de las comunidades rurales que llegan hasta allí tras años de sufrir violencia familiar, abandono de sus maridos y penurias económicas por falta de formación profesional e independencia económica de los hombres.

En Wasi trabajan con ellas y con el resto de la comunidad para lograr erradicar la desigualdad y generar una sociedad participativa, democrática e igualitaria. Para ello la información y la sensibilización son prioritarias. De ahí la labor que se hace en el gabinete jurídico y psicológico del centro, desde el que se imparten talleres con 200 mujeres, y algunos maridos, para proporcionarles unos conocimientos y mecanismos con los que empezar a modificar sus vidas. Esa misma labor se hace también con los y las más pequeñas, ya que lo que se pretende es llevar a cabo un trabajo integral con toda la familia para mejorar las relaciones y la convivencia de todos los miembros.

Además, se realiza un trabajo de sensibilización por las comunidades más alejadas encaminado a facilitar el desarrollo personal, económico y social de la mujer. Se trata de que conozcan sus derechos y los peligros a los que se enfrentan para poder prevenirlos, para tener herramientas con las que defenderse tanto de la violencia intrafamiliar como de las mafias de trata de personas que afloran en el país.

En la misma línea se trabaja en Bolivia, desde el Centro de Atención a la Mujer (CAM) de Sacaba. Un proyecto coordinado desde 2011 por los Misioneros Laicos Vicentinos, con el apoyo de Taller de Solidaridad y la financiación, este 2018, del Ayuntamiento y la Diputación de Palencia.

Actualmente el CAM es la única institución en Cochabamba que cuenta con una Casa de Acogida para atender de manera integral y definida la violencia contra la mujer, sus hijos e hijas. Una violencia que se ha convertido en unos de los problemas socio-familiares más importantes del país. De hecho, el 100% de las mujeres atendidas provienen de un maltrato enmarcado en el contexto familiar, en el que el agresor ejerce una violencia psicológica, física y de dependencia económica, y en muchos casos también sexual.

Desde el centro se interviene en distintas áreas para apoyar a las mujeres que han sufrido cualquier tipo de maltrato y restituir sus derechos, potenciando un cambio en sus vidas que les permita una mayor autonomía personal y la toma de decisiones para la construcción de un nuevo proyecto de vida.

Así, y con el apoyo de TdS, se les proporciona acogida, protección y acompañamiento en todo el proceso psicológico y legal. Se llevan a cabo tareas de sensibilización, educación e información con la población en general para prevenir la violencia contra la mujer, y se les imparte talleres de formación en distintas áreas para lograr su integración al mercado laboral.

Actualmente en el Centro se imparte un taller de artesanía, otro de emprendimiento productivo de catering y un tercero de producción avícola a 185 mujeres. Los tres talleres están coordinados por mujeres que se han formado en ellos anteriormente, lo que supone un modelo para las mujeres participantes.

A través de estos centros y la labor que en ellos se realiza, TdS continúa trabajando por el empoderamiento de la mujer, el reconocimiento de sus derechos y la igualdad de género, enmarcada en el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.

En este ODS se aboga por lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas facilitándoles el mismo acceso a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente, y a una representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas. Por eso, en TdS creemos que la luz del conocimiento, a través de la formación y la información, acabará con la oscuridad que genera en la sociedad la violencia de género.