La mirada de dos mujeres con pasaporte europeo y corazón africano

La mirada de dos mujeres con pasaporte europeo y corazón africano

En el Día de África desde Taller de Solidaridad reivindicamos la visibilidad de este continente a través de la mirada, las experiencias y la voz de dos mujeres que conocen de primera mano la realidad africana.

Las cifras de pobreza, violencia de género o muertes por epidemias, como el ébola, son alarmantes, pero detrás de esos números desde TdS queremos recordar que existen personas con nombres propios e historias únicas de las que una mujer como Lourdes Arjona se hace eco.  Sierva de San José, enfermera, comadrona y maestra, Lourdes ha dedicado la mayor parte de su vida a trabajar en proyectos para la mejora del pueblo congoleño. En 1974 llegó a la R.D. del Congo donde pasó 43 años de su vida trabajando principalmente en el campo de la salud. “He trabajado en dispensarios, maternidades, leproserías. La medicina preventiva y la educación en misiones del interior del Congo han marcado mi camino. Mi vida ha pasado entre Kabondo-Dianda, Kalyelye, y Lubumbashi”.

Precisamente en Kabondo-Dianda, desde 2017, colaboramos con un proyecto de producción ecológica, que Lourdes ha visto nacer y que es impulsado por la comunidad de Siervas de San José. Un proyecto cuyo objetivo es mejorar la seguridad alimentaria, reducir la pobreza y favorecer la sostenibilidad del ecosistema. Este proyecto ha facilitado el acceso de 70 personas al cultivo de yuca, maíz y soja, a la crianza de cerdos y aves de corral y a la construcción y mantenimiento de una piscigranja. Esta comunidad ha podido establecer sistemas de riego, de suministro de energía y ha construido un horno para producir los ladrillos con los que han levantado los edificios para el almacenamiento de todo lo que producen.

“Sin duda, la agricultura es lo que salvaría al país, pero no una agricultura hecha con un azadón y una macheta, sino de otra manera. La tierra es muy rica, pero los chicos que acceden a la escuela ya no quieren trabajarla; es muy distinto trabajar la tierra con un azadón que con un tractor y con medios más modernos. Les faltan los medios para poder llegar a ese desarrollo y vías de comunicación que faciliten el acceso a estas comunidades”, asegura Lourdes.

Aunque también nos indica que, en los últimos 45 años, todavía queda mucho por hacer, sobre todo en lo relacionado con la educación de las mujeres. “En casi todos los poblados ahora ya existen escuelas primarias del Estado y en algunas secundarias. La posibilidad de formación es mayor, aunque sea deficiente. Pero en el caso de las niñas es muy difícil, las mujeres todavía siguen muy sometidas al hombre, y, por ejemplo, si en una familia numerosa hay dificultades para mantenerlos a todos, las primeras que salen de la escuela son las niñas, porque tiene que ayudar a la mamá y tiene que hacerse cargo de los hermanitos”.

A pesar de que se han producido importantes cambios, Lourdes destaca que uno de los grandes problemas en África hoy en día es que conviven la prehistoria y el siglo XXI. Se han saltado etapas en el camino del desarrollo. “Gran parte de los congoleños vive en casas de adobe y techos de paja, conectados con el mundo gracias al acceso a la telefonía y a la televisión, acceso que han facilitado las grandes compañías de telecomunicaciones y, por otro lado, desconectados de su entorno próximo sin carreteras e infraestructuras básicas. Esta facilidad para acceder a las redes de comunicación está promoviendo en la juventud el anhelo de un cambio de vida”

Pero para que este cambio ocurra, la propia Lourdes reconoce que hará falta pasar por varias generaciones, porque las mentalidades, las culturas y la corrupción generalizada no se cambian con facilidad. Es indignante que haya todavía rincones de países muy ricos, como el Congo, donde se vive en la misera y con las necesidades básicas sin cubrir. El problema es que esa riqueza la explota el grupo que está en el gobierno y las multinacionales que colaboran con ellos. Los que están dentro quieren llenar sus bolsillos y los que están fuera quieren aprovecharse cuanto más mejor”.

Algo en lo que está de acuerdo Josefina Nieto, voluntaria internacional de TdS, que durante el verano de 2014 pudo conocer junto a Lourdes lo que significa la explotación de la riqueza congoleña por parte de las potencias extranjeras y como esto se traduce en el día a día de los congoleños. Ellos tienen allí su suministro de minerales. Saben todo lo que pueden extraer de África, pero a nadie le interesa a cambio hacer algo también por su población”. Por eso, Josefina destaca que “África no es exactamente la gran olvidada” de los países desarrollados “empresas privadas que llegan aquí, en connivencia con los dirigentes políticos saben muy bien todo lo que pueden extraer de ese continente”, pero sí “la gran desconocida para las personas de la calle, porque en realidad, la mayoría solo conoce de África la silueta del mapa, que además no hace justicia a sus dimensiones”.

Como apunta Lourdes, poco se sabe de la realidad de aquel continente. “No oigo nada de esas guerras que continúan en el este del Congo, donde está muriendo tanta gente. De hecho, después de la II Guerra Mundial, el Congo es el país que tiene más muertos en conflicto, pero sin que aparezca en ningún sitio. El problema del ébola ahora tampoco se ve en ninguna noticia, o la gente que desaparece cada día con el tema de las elecciones. Sería muy importante que todo esto saliera en los medios, para, por lo menos, poder denunciarlo”.

Esta falta de información hace que “cuando te decides a ir a África como voluntaria tenga una idea un poco romántica y bastante vaga de lo que te vas a encontrar”, señala Josefina. Además, apunta que “cuando llegas allí es cuando te das cuenta de que te sumerges en otro mundo”, pero que dada su diversidad y su gran tamaño no se puede hablar de una única realidad africana. Unas zonas no se parecen en nada a otras, por lo que no creo que los países que forman parte de África tengan conciencia de conjunto. Es una suma de culturas, de paisajes, de lenguas distintas…”.

A pesar de las dificultades y de las necesidades, Lourdes y Josefina destacan la alegría y la generosidad de su gente. “Allí he vivido el descubrimiento de sus gentes, el sentir de las personas, el brillo de las miradas, el sonido de sus risas, la musicalidad de su lengua…, y sobre todo esa franca acogida y amistad que te entregan cuando llegas hasta ellos y eres tú quien se convierte en el raro y el diferente””, señala Josefina. “Es gente muy solidaria, lo poquito que tienen lo comparten”, añade Lourdes.

Para ambas el recuerdo de su paso por África es imborrable. “Cuando vuelves de uno de esos lugares en los que te gustaría quedarte, te queda ya siempre un vacío y un hueco, y sobre todo el agradecimiento de haber tenido la posibilidad de viajar a un país como el Congo, y al mismo tiempo la frustración de no haber podido estar más tiempo para haber aprendido más de ellos, para haber compartido muchas más cosas”, destaca Josefina.

“África ha sido gran parte de mi vida, con momentos muy duros, pero también muy gratificantes”, afirma Lourdes. Por eso sigue trabajando desde España por y para África dando voz a aquella realidad, para que se ponga a la gente por encima de los intereses de los políticos y las corporaciones. Considera que el desarrollo del pueblo congoleño es lo más importante que queda por hacer, y lo que necesitan es preparación, formación y que se les eche una mano, porque se está siendo muy insensible con África desde el exterior en todos los niveles”.

Para que deje de ser una gran desconocida, para que se les reconozcan sus derechos a las personas que la habitan, para que se acabe con la explotación de sus riquezas, para que la población de África tenga una formación que les permita construir su propio desarrollo y escribir su propia historia, para que las mujeres dejen de estar sometidas, esta ONG sigue y seguirá trabajando de la mano de mujeres como Lourdes y Josefina, que alzan la voz de aquellos y aquellas que nadie escucha y nos traen a través de sus miradas la realidad de África. Voces y miradas que como la de Lourdes no pierden la esperanza: “A pesar de todas dificultades el Congo progresa aunque con paso lento y mantiene el anhelo de un futuro mejor”

Desde TdS seguiremos apoyando los proyectos de cooperación en países como la R.D. del Congo y sensibilizando sobre la realidad de estos países y se participará en iniciativas promovidas por grupos de asociaciones como la jornada Somos África, que tendrán lugar el 25 y 26 de mayo en Madrid (Escuelas Pías de Aluche C/ Camarena, 149) y que ha sido organizada por REDES, una agrupación de 50 entidades de la que formamos parte.

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