Formación para el empleo, una oportunidad de cambio

Mujeres bolivianas empoderadas social y económicamente

  • Dónde: Ushpa-Ushpa, Cochabamba, Bolivia
  • Con quién: 170 personas (78% mujeres).
  • Cuándo: Desde 2014 hasta la actualidad
  • De la mano de: Congregación Siervas de San José (SSJ) de Cochabamba
  • Apoyado por:  Diputaciones de A Coruña, Palencia, Badajoz y Pontevedra, Fundación FH Futuro, Universidad de Castilla-La Mancha, Ayuntamiento de Vilches y Salamanca, Concello de Lugo y HOAC. 
mujeres aprenden a leer y escribir
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mujeres se forman para acceder al mercado laboral
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mujeres reciben microcréditos
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Consecuencias del éxodo rural

A pesar de la mejora económica global, en Bolivia persisten graves problemas, especialmente para las poblaciones rurales. Muchas personas, huyendo de la extrema pobreza, llegan a las periferias urbanas y se establecen precariamente, sin preparación para desenvolverse. El 30% de estas personas no tiene ingresos y quienes los tienen trabajan mayormente en el mercado informal. En el caso de las mujeres la situación se agrava, la mayoría de ellas son quechuahablantes y tienen dificultades para expresarse en castellano y no saben leer ni escribir. Esto limita su acceso al mercado laboral, a la comunicación y al ejercicio de derechos básicos.  Aunque algunas recibieron educación primaria, la tasa de analfabetismo es alta, con dos de cada tres mujeres rurales sin saber leer ni escribir. Además, muchas son víctimas de violencia machista en sus hogares. Sus asentamientos, como en muchas ciudades latinoamericanas, forman cinturones de pobreza, construidos sin garantías legales y sin acceso a servicios básicos como agua, gas, electricidad, carreteras y transporte. 

Bertha, al igual que muchas otras mujeres de Ushpa Ushpa, se enfrenta a una triple discriminación debido a su género, a su condición indígena quechua y a su situación de pobreza como campesina y migrante. La responsabilidad del trabajo doméstico y el cuidado de la familia dificultan su oportunidad de tener un empleo remunerado. El aislamiento, el analfabetismo, la falta de formación y las escasas oportunidades laborales conducen a muchas de estas mujeres a tener una baja autoestima, a la exclusión social y a la falta de sentimiento de pertenencia en la comunidad. Muchas de las mujeres que forman parte del proyecto han aprendido a leer y escribir, participan en cursos de confección y hostelería, y forman parte de la cooperativa de ahorro y alimentación del grupo de mujeres. Gracias a un pequeño crédito, algunas de ellas han podido comprar su propia máquina de coser y empezar su pequeño emprendimiento. Además, día a día van siendo conscientes de cuáles son sus derechos como personas y como mujeres 

Mujeres, migrantes, campesinas e indígenas

Recursos para la vida

Lápices que Escriben Futuro

Trabajamos para que Bertha y muchas otras mujeres sean autónomas y se conviertan en lideresas de sus comunidades, basándose en sus valores culturales: solidaridad, organización y sentido de comunidad. El proyecto de empoderamiento de mujeres en Cochabamba es un espacio de socialización y crecimiento personal y profesional, donde estas mujeres campesinas migrantes pueden crear lazos de amistad y solidaridad, y compartir problemas, sueños, temores y esperanzas.  

Gracias a la consolidación del consorcio con el Ministerio de Educación boliviano a través del cual el centro de formación de las SSJ en Uspha Uspha se ha convertido en CEA (Centro de Educación Alternativa) autónomo, sus vecinas pueden seguir recibiendo formación integral y capacitaciones técnico-productivas que les ayudan a descubrir y desarrollar habilidades. Algunas mujeres que adquieren estas competencias se abren a la creación de emprendimientos familiares y grupales. Todas ellas reciben formación en habilidades sociales y liderazgo, y muchas participan en grupos comunitarios autogestionados, como cooperativas de alimentos y grupos de ahorro. El proyecto también presta apoyo escolar y alimentario a los hijos e hijas de las participantes mientras ellas se forman e invita a sus esposos a los talleres de formación integral.   

Aprendí lo que es el trazado, el tallado y el diseño de las prendas. A hacer blusas, pantalones y camisas. Me ha gustado, además de aprender todo lo textil, la computación, las matemáticas y el lenguaje... Cosas que olvidé hace tiempo y que he vuelto a recordar. Me ha gustado porque puedo ayudar a mi hija, ya que no sabía ni manejar la computadora. Con lo que he hecho hasta ahora me siento muy satisfecha. Ahora, hago más trabajos para vender como pedidos y los hago más bonitos. Gano un poco más, para mi familia. […] Mis hijas se sienten muy orgullosas de mí y me ayudan.

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