Primera semana en Piura: cuando salir de tu zona de confort te transforma

Hola, soy Cristina y siempre quise hacer voluntariado internacional. Con el paso de los años, definí con qué tipo de colectivo quería trabajar, me puse a investigar y encontré a Taller de Solidaridad. Vine sin expectativas específicas, dispuesta a trabajar en lo que se me encomendara y a dar lo mejor de mí. Y esta primera semana en Piura ha sido absolutamente reveladora.

Llegar con el corazón abierto

Desde el primer momento, la motivación constante ha resonado en cada rincón. Pero lo que más me ha impactado es la facilidad con la que puedes conectar con las personas de aquí: gente cercana, afable, con una calidez que te abraza. Cuando existe predisposición por ambas partes, la vida fluye sin importar cuánto pueda

Cuando las niñas  y niños son protagonistas del cambio

Mi primera experiencia fue adentrándome en las comunidades rurales donde la comunidad afroperuana está comprometida con su causa. Allí facilité un taller de concienciación sobre prevención del embarazo adolescente y violencia de género mediante un juego lúdico. Ver la alta participación de los niños y niñas, su curiosidad al preguntar fue la confirmación de que el trabajo de sensibilización cala en la población infantil.

Es mágico cuando un niño o una niña te da la respuesta acertada para tomar medidas ante el embarazo adolescente o te ofrece soluciones sobre la violencia de género. Compartimos risas jugando a la ruleta y a un juego parecido a la Oca donde había que ayudar a María, una niña víctima de violencia. Conversar con ellos de manera distendida me llenó el corazón.

Tejiendo redes que sostienen comunidades

A lo largo de estos días también he acompañado a Radio Cutivalú en múltiples eventos donde se sellan alianzas, se toman decisiones y se celebran logros de la red de mujeres. He presenciado reuniones donde dirigentes de barrios y organismos oficiales como Barrio Seguro piensan, aportan ideas y ponen en práctica acciones que benefician a la sociedad en riesgo de vulnerabilidad.

He visitado colegios y conversado con la directora del Distrito 26, quien comentaba el alto índice de niñas que se quedan embarazadas y tienen que abandonar sus estudios. Muchos de estos embarazos ocurren en edades muy tempranas. ¿Cómo una niña de 15 años puede ser madre, trabajar, llevar los estudios y una casa? Es impensable. Por ello las campañas de sensibilización son tan importantes: las niñas tienen el derecho a conocer que hay más vida que estar cuidando bebés o atendiendo a un marido.

La trata: cuando la realidad te golpea el alma

A mitad de la semana conocí de cerca la realidad de la trata de personas, y esto es lo que más me ha tocado por dentro. Los datos son escalofriantes. Me hicieron una entrevista en Radio Cutivalú en una radionovela que informa a las mujeres sobre este tema. Más de 12.000 personas desaparecen al año, la gran mayoría niñas y mujeres engañadas con trabajos falsos. 

Mujeres valientes que patrullan sus calles

Estuve con el serenazgo y con la policía preparando, con motivo del 25N, una marcha por el Distrito 26 (el más peligroso) para animar a la población a salir. Existe mucho miedo, mucha represión, y las personas se desaniman. Por eso es tan importante que vengan voluntarios y voluntarias: para acompañar, escuchar y aportar ese entusiasmo que les permita ver esperanza.

Hicimos un taller que se llama “Toca Puertas”: el grupo de mujeres de la red sale a las calles tocando puerta por puerta e informando sobre la trata. Sentí inseguridad al acompañarlas. Son unas valientes. Cuando luchas porque tu familia esté protegida y te expones a que bandas criminales atenten contra tu persona, ahí demuestras el espíritu que tienes. Toda mi admiración a estas mujeres que, además de soportar machismo en sus casas y fuera, también patrullan cuando cae la noche velando por la seguridad de sus asentamientos.

Estuve removida ese día. ¿Cómo puede el ser humano hacer semejante barbarie como la explotación sexual, la laboral, el tráfico de órganos y la mendicidad? Pienso en esas familias que ven desaparecer a sus hijos e hijas y que tienen que vivir cada día en esa incertidumbre. Hablando con las señoras del Distrito 26 de Octubre, me sentí pequeña. Tuve que refugiarme en mis compañeras Elena, Sonia, Mer, Sergio y Antonio porque viví momentos que me encogieron el corazón.

Redes de protección y esperanza

Me gustó comprobar que la red de mujeres en busca de la igualdad está muy bien diseñada. Cada comunidad tiene a sus propias lideresas y, en caso de violencia de género, estas reportan a los tenientes de la municipalidad y estos a la policía. Muchas no hablan por miedo a las represalias. Es importante el acompañamiento continuado, ya que la finalidad es que puedan salir de ese entorno para mejorar su calidad de vida.

Encuentros que inspiran: Chulucanas y sus emprendedoras

A finales de semana estuve en Chulucanas. La red de mujeres consiguió una alianza con el colegio de psicólogos para que tuvieran soporte emocional. Pude sentir la emoción ante la firma del convenio, un gran avance.

También conocí a Marcia, una emprendedora de 52 años con tres hijos, cuyo marido le ayuda en su emprendimiento. Me hizo especial ilusión porque tener un emprendimiento en un país donde todo gira alrededor de los hombres es muy valioso. Es lideresa de su comunidad y fue una de las primeras en meterse en la red. Me encantó ver cómo su marido la ayudaba en pleno mercado vendiendo roscas de muerto. Es muy querida en Catacaos y su historia es un ejemplo de que el cambio es posible.

Lo que me llevo de esta primera semana

Estar fuera de la zona de confort es fundamental para poder avanzar. En un país donde el agua escasea, donde hay asentamientos con tejados de uralita sin cocinas, sin neveras, con suelos llenos de polvo y baches, con insalubridad en las calles… todo esto me hizo plantearme por qué unos tienen tanto y otros tan poco. Y lo más sorprendente: esos que tienen tan poco no se quejan. Son amables, alegres, aunque sufren de verdad por las condiciones en las que viven.

 Lo que más me ha gustado de esta primera semana es la capacidad de adaptación de los lugareños, la amabilidad de sus gentes, su humildad y que lo ponen fácil para seguir adelante. También me gustaron las reacciones de los niños y niñas en el “Toca Puertas” y en las reuniones con dirigentes, porque están abiertos a la escucha para mejorar, y yo abrí mi escucha activa para recibir.

Me he sentido querida en todo momento. Tanto por el trabajo de voluntariado que he realizado como por las personas que integran TDS en este viaje y por el equipo de Cutivalú. Esta es solo la primera semana, pero ya sé que esta experiencia me va a transformar profundamente. Porque cuando ves con tus propios ojos la realidad, cuando compartes la vida con quienes luchan cada día por sus derechos, ya no puedes ser la misma persona.

Y eso, precisamente, es lo que hace el voluntariado internacional: te conmueve, te transforma y te convierte en agente de cambio.

Cristina, voluntaria internacional

Noviembre 2025. Piura, Perú

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *