Se nota en el ambiente que después de las exposiciones de los diferentes talleres de gastronomía, repostería, confección textil, computación y formación básica culmina el semestre. Y, para terminar, se propone una jornada de formación con el tema “Autoestima”.
Un grupo numeroso de mujeres tanto de Alto Litoral como de Monte Olivos está preparado, mientras sus hijitos están en el refuerzo. Lo anima la formadora boliviana Doña Mirtha Rocha. Ya se conocen porque en otros momentos ha impartido otras temáticas. Inicia con una introducción general del tema y dos talleres donde surgen las risas, dudas, abrazos… la participación se va dando, nos expresamos y se comparte, no con tantas palabras sino con la mirada y el silencio. Un momento de esos que quedan dentro por la confianza y alegría que se genera. La facilitadora para concluir da pistas muy concretas para trabajar la autoestima y toma de decisiones en el propio cuidado.
Los grupos de gastronomía de Alto Litoral y Monte Olivos habían preparado la merienda para todas, algo muy deseado por todos. Se va creando uno de “esos momentos” en los que el disfrute y alegría se sienten y también el silencio. Como estaba programado un partido de fútbol, de forma “sorpresa”, les regalamos un balón de fútbol a cada grupo. Para ellas “la sorpresa” les produjo tanta alegría que de forma espontánea sale una representante para decir unas palabras y marchar a la cancha a jugar. Los equipos son por grupos Alto Litoral y Monte Olivos.
Coincide que durante la semana la pista de juego de Monte Olivos se transformó y se llenó de personas, ya que sirvió para sacar las licencias de conducir motos, autos y camiones. Quiere decir que había más público del habitual. Nuestra gran sorpresa fue que algunas de ellas cambiaron su pollera por su equitación de fútbol. La cancha antes estaba con chiquillos y van saliendo de la pista según ellas van entrando a jugar hasta tener la pista libre. Con enorme libertad y todas sus energías jugaron su partido y con gran respeto los demás cedieron y animaron a las jugadoras.
Aún quedaba en sus bolsas comida y bebidas que trajeron de sus casas para compartir, porque, aquí en Bolivia todo momento es bueno para comer. Y poco a poco, cada mamá con sus hijitos se vuelve a subir por las laderas.
¡Ah! el resultado del partido 1-1. Y quedaron emplazadas para desempatar, ahora que ya tienen sus balones.
¡LOS HECHOS HABLAN MÁS Y CON MÁS FUERZA QUE MUCHAS PALABRAS!
Ligia Villoria, voluntaria internacional
Julio 2024. Uspha Uspha, Cochabamba, Bolivia