Tres protagonistas de una misma realidad, inmersos en un programa que transforma vidas y que nos quieren contar en primera persona.
No es fácil labrarse un futuro cuando todo está en contra. Leidy Johanna Villamizar y Eimar Pérez saben lo que es vivir en un entorno hostil marcado por la pobreza, la inseguridad y los bajos niveles de educación. Pero ambos decidieron agarrarse a la oportunidad que les brindaba la Institución Técnica San José Obrero en Medellín, Colombia, para mejorar sus vidas y las de sus familias. Los dos han conseguido graduarse como auxiliares de enfermería en la formación que imparte esta institución y que apoyamos desde 2020.Un proyecto en el que han participado hasta el momento setenta y seis personas (doce hombres y sesenta y cuatro mujeres), cincuenta y una de las cuales ya han conseguido su certificación y veinticinco se encuentran actualmente estudiando. Mujeres y hombres jóvenes que “ven en la educación esa oportunidad para salir adelante y la vulnerabilidad no es algo que les limite, al contrario, siento que les da la fortaleza para poder sacar sus proyectos de vida”, destaca Paola Andrea Milán Restrepo, directora de la institución y coordinadora del proyecto.
¿Qué oportunidades de formación profesional has tenido antes de realizar este curso? ¿cuáles han sido tus principales motivaciones para inscribirte en la formación en auxiliar de enfermería?
¿Cómo era tu vida antes de llegar a esta formación?
La situación de la mayoría de las personas que llegan a esta formación es de “vulnerabilidad, no tienen los recursos, les cuesta tener oportunidades porque en Colombia se requiere tener dinero para poder ingresar a la universidad. Pero con este programa, las personas que acceden tratan de garantizarse el tema laboral, de tener un trabajo digno, y la enfermería está ayudando mucho porque es un programa de salud que todos los sectores requieren”, señala Paola.
¿Cómo ha cambiado tu vida al realizar esta formación?
Los participantes son personas que han sufrido realidades muy duras, “ya sea por violencia, desplazamientos, abusos de narcóticos o incluso violaciones. Y este proyecto se adapta a sus necesidades, primero entendiendo que necesitamos formarlos de manera integral. Impulsamos los valores que tiene la institución desde las Siervas de San José, valores de responsabilidad, compromiso, fe y amor. Sabemos que necesitan el apoyo psicosocial, necesitan fortalecerse, que los acompañemos, que les demos una orientación en el momento adecuado, y para eso el enfoque psicosocial es la mejor de las herramientas. Les damos esos “tips” para que crezcan, para que saquen adelante esos temores y toda esa calidad que tienen guardada y la pongan al servicio de sus proyectos de vida”, destaca Paola.
¿Cómo te sientes después de haber concluido la formación y haber empezado a trabajar?
Con este proyecto “los estudiantes se transforman, cambian, les proporciona unas oportunidades que no les da el sistema y que les permite a ellos y a sus familias salir adelante. Adquieren otro tipo de participación ciudadano, se sienten empoderados. Su calidad de vida mejora, empiezan a generar unos ingresos estables y esto les da una independencia que valoran mucho. Salen con la mirada alta, valorándose, amándose, sintiéndose útiles”, asegura Paola.
¿Cómo crees que puedes apoyar a la comunidad desde la dimensión profesional?
Una formación en la que destaca el número de mujeres. “El trabajo con la mujer es una de las cosas más fuertes que tenemos, pues con este proyecto ayudamos a empoderar a esas niñas para que salgan adelante, para que tengan una oportunidad, como nos pasó con una estudiante que ejercía la prostitución y que gracias a esta formación pudo salir de ese difícil mundo y ahora trabaja como auxiliar de enfermería”, comenta Paola. Pero en la que los hombres no se sienten marginados. “Creo que la dificultad no está en el género, en el sexo, en la definición. La dificultad es mental, está en la capacidad de querer hacer las cosas, de luchar por algo, de capacitarse y ponerse metas. Todos somos buenos, pero en la vida no todos se esfuerzan lo suficiente para lograr las cosas”, señala Eimar
¿Consideras que contar con esta profesión ha supuesto una mejora en el bienestar económico tuyo y el de tu familia?
La situación económica de muchas de las familias es muy complicada, “sabemos que ellos necesitan que nosotros luchemos a partir de vínculos empresariales, por lo que facilitamos las prácticas remuneradas, muchas veces les buscamos recursos financieros para que les den un sustento económico y así de alguna manera puedan seguir formándose sin que esto limite sus hogares y puedan aportar algo también a sus casas”, destaca Paola.
¿Crees que hubiera sido diferente o igual tu inserción laboral sin haber cursado esta formación?
¿Qué destacarías de la formación? ¿Qué es lo que más te ha ayudado durante el proceso de formación?
¿Le recomendarías esta formación a alguien que está buscando una oportunidad laboral? ¿Por qué?
Las historias de Eimar y Leidy son dos de las muchas que este proyecto está contribuyendo a reescribir, mejorando sus vidas, las de sus familias y comunidades. “Definitivamente debemos seguir apostando por la educación como la mejor herramienta para transformar proyectos, y esos proyectos son personas que hoy están felices, logrando alcanzar un objetivo, una meta como es ser auxiliares de enfermería”, destaca Paola.