Un año más vuelve la alegría del encuentro, de los abrazos, las sonrisas cómplices, las ganas de compartir y de salir con fuerzas renovadas para afrontar los retos que como entidad se nos presentan. Unos retos que pasan por una reflexión profunda sobre nuestro voluntariado, por el análisis de los pasos que como organización estamos dando hacia la transformación digital para hacer llegar más lejos nuestro mensaje y por el valor de mirarnos hacia dentro para dejar ir todo lo que nos lastra y tener la capacidad de dejar venir aquello que nos permita mejorar.
Si pudiéramos recoger en una sola palabra lo aprendido, debatido, sentido y vivido en estas dos jornadas, esa sería “transformación”. Transformar nuestra mirada de lo que es el voluntariado en TDS para conseguir impulsarlo, promoverlo y acercarlo a la sociedad. Conseguir transformar la manera de concebir el emprendimiento femenino, con los testimonios de Lurdes Herrera y Lisbeth Matey, dos de nuestras protagonistas de la exposición Enredadas en el cambio que presentamos en este encuentro. A través de sus testimonios emprendimos un viaje que nos permitió conectar con los proyectos de Bolivia, Lápices que escriben futuro y de Nicaragua, Jóvenes constructores. Un viaje que hizo escala en Perú, Colombia y Nueva Guinea gracias a la voz de otras mujeres que forman parte de las iniciativas en las que colaboramos en estos países.
“Aprovechamos cada oportunidad para salir adelante. Hemos pasado muchos problemas económicos, pero ahora, gracias a la costura, puedo estar con mis hijos y ayudar a pagar la casa que nos estamos construyendo. Y en un futuro me gustaría hacer crecer mi taller, aprender a coser vestidos de novia, chaquetas y pantalones de hombre, seguir formándome”, destaca Lurdes.
Algo que pudieron vivir en primera persona Marisol e Isabel, las dos voluntarias internacionales que este año viajaron hasta Cochabamba.
Lisbeth también quiso compartir cómo formar parte de Jóvenes constructores le ha transformado la vida:
“gracias a mi emprendimiento yo ya no soy solo una ama de casa como era antes, ahora soy emprendedora, formadora, presidenta de la cooperativa y siempre estoy buscando nuevas formas de reinventarme. Con mis compañeras allá cada quien tiene su propio emprendimiento, pero todas estamos unidas”.
Como unido está nuestro voluntariado, el equipo técnico y el patronato para seguir trabajando para que las voces de mujeres como Lurdes o Lisbeth cada vez suenen más alto y lleguen más lejos, para que se cuenten por miles, por cientos de miles, las emprendedoras que en todo el mundo sean dueñas de su economía, de sus propias vidas.
Para ello seguimos compartiendo y buscando la manera de avanzar en el proceso de digitalización que ya empezamos hace un par de años, y que gracias a la subvención del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2023 del proyecto “TDS: Hacia la Transformación Digital y la Sostenibilidad” nos está permitiendo mejorar nuestra web, nuestras herramientas de difusión y dar formación a todas las personas que formamos parte de TDS, porque, como bien dicen nuestras emprendedoras, “juntas podemos, solo tenemos que creérnoslo”, y en Taller creemos que podemos transformarnos manteniendo nuestra misión: luchar junto a las mujeres por la igualdad y la justicia social a través de la promoción del trabajo digno.