Esta semana hemos podido conocer más de cerca La Fundación Nuqanchik, la cual lleva varios años trabajando con familias de la zona de una forma integral, en las áreas de trabajo social, apoyo escolar, salud, medioambiente y alimentación (con un comedor escolar de incorporación reciente). Un equipo de profesionales que también forman un equipo humano y de familia, dando formación y herramientas a las familias para mejorar su calidad de vida y soñar otro futuro para los niños y niñas.
El proyecto de huertos familiares de la Fundación trabaja con 40 familias de las OTB (barrios) de Alto Litoral y Monte Olivos, en la capacitación teórica y práctica de los conocimientos necesarios para cultivar y mantener un huerto; promover el “Pachamama”, la conexión con la tierra que habitan. Fomentando que tener un huerto da oportunidades a las familias, tanto de autoconsumo como de venta de su propia cosecha. Destacando que posibilita el trabajo de todos los miembros de la familia y la colaboración entre ellas para aprender unas de otras, motivarse y compartir su día a día.
Hemos tenido las exposiciones fin de semestre de los dos centros, de Alto Litoral y Monte Olivos, de los certificados de técnico básico y técnico auxiliar tanto de gastronomía como de textil y confección. Las alumnas han defendido y demostrado lo que han elaborado y los conocimientos adquiridos en estos meses. La ocasión de mostrarse a ellas mismas lo que han conseguido, poniendo en valor las relaciones interpersonales de compañeras de profesión o de amistad que han ido creando en el proceso de formación.
Comimos y bailamos la Cueca boliviana en un ambiente de confianza en el que ya nos sentimos como en casa. Seguimos descubriendo la otra parte de Cochabamba: el centro, sus calles y el Cristo de la Concordia.
Erea Dasilva, voluntaria internacional
Julio 2024. Uspha Uspha, Cochabamba, Bolivia