La llamada
Por fin, a principios de Mayo, se produjo la ansiada llamada, donde Rafa nos comunicaba uno a uno el destino que nos habían designado desde Taller de Solidaridad. Un destino acorde a nuestros perfiles, un lugar donde podríamos ayudar de la mejor manera posible. En ese preciso momento, comenzamos a planear nuestra maleta, una maleta que ya iba llena de ilusiones, miedo, curiosidad y sobre todo…GANAS.
Rafa, como coordinador de Taller de Solidaridad, me comunicó que podría aportar mi granito de arena en CANAT, en Piura, región situada en Perú. Ya que , debido a mi trayectoria profesional como maestra de Inglés, actualmente en el Colegio San José en Zamora, tenía experiencia con niños, tanto en materia académica como en cuanto a dinámicas y estrategias de enseñanza-aprendizaje. Pero no iba sola en este viaje, dos compañeras compartirían esta experiencia conmigo. Dos chicas que apenas conocía de los encuentros de formación en Madrid, pero con las que hice migas enseguida, puesto que son personas cercanas, con las que es fácil conectar desde el minuto uno. Mi primera compañera de viaje es María, maestra en Mérida, una chica llena de vida, espontánea y dicharachera; y la que me acompañará en la segunda parte, se llama Rosa, viene de Granada, con un montón de ideas e ilusión, y con una gran trayectoria a sus espaldas a pesar de sus 21 añitos. Grandes personas con las que sé que compartiremos muchos momentos, a veces duros, pero sobre todo, llenos de sonrisas.
Diana Crespo (Perú)