Vuelta a Lima nuevamente. La punta del compás sobre la que, fugaz, ha pivotado la visita a los proyectos este año. Abajo quedan, majestuosos, los Nevados del Sur Andino. Parece que nada se moviera bajo sus cumbres año tras año, pero nada más lejos.
Don Antonio y su mujer cuentan con la primera estufa del Distrito en su dormitorio. El biogás producido gracias al proyecto que desarrollamos junto al CCAIJO lo hace posible. Doña Mónica cocina y calienta su granjita de cuyes también gracias a éste. Florita sigue adelante con la casa y sus cuyes a pesar de la pérdida de Francisco, a quien lamentablemente no hemos vuelto a ver este año. Las cuyerías con las que trabajamos preparan cada día más platos para los viajeros de la carretera interoceánica; por tanto, compran más a las familias productoras. Y, en el horizonte, envasar y distribuir en nuevos mercados este pequeño roedor, tan valorado en el Perú, que hace tan sólo 5-6 años, cuando empezamos a apoyar estos proyectos, prácticamente no se vendía fuera de los Distritos de CCatcca y Ocongate.
Juvenal nos muestra orgulloso el queso andino y paria que, junto a su esposa, produce cada día. Su modesta planta lechera familiar, junto a otras 16 en la zona, permiten que cada día más de 500 familias vendan la leche que producen sus vaquitas. Esto, cuando en 2007 apoyamos la formación de la primera cooperativa de lácteos en la zona, era impensable… ahora, cada día, las 17 plantas lecheras familiares producen entre 40 y 50 quesos, y los venden a un promedio de 25 Soles.
En Urcos, Rony –el profe de Gastronomía en el CETPRO San José-, posa orgulloso con sus alumnos y alumnas, más de 30, la mayoría de los cuales están a punto de completar los 4 módulos de la especialidad y conseguir su titulación de Técnico Básico. Algunos de ellos, incluso antes de acabar, ya han conseguido trabajo en restaurantes de la región. Delante de mí, un señor solicita a Lili, la coordinadora del Centro, los servicios de 12 jóvenes para la boda que dará en su local.
Katty y Ana, en Checacupe, me explican cómo el Centro Wasi Nazaret ya no es sólo un edificio de cuatro paredes a dónde se atienden casos de violencia familiar y se da apoyo psicológico y atención legal a decenas de mujeres cada año; el Wasi Nazaret está cada día más en la calle: en las comunidades, formando a jóvenes como líderes contra la violencia; participando en la Mesa de Concertación de Derechos Humanos del Municipio, haciendo convenios con las Universidades del Cusco para que estudiantes de Derecho vengan a hacer sus prácticas atendiendo casos y sensibilizando en las comunidades. A la par, se sigue atendiendo a 250 chicos y chicas de Secundaria cada día, en un convenio con la Institución Educativa del Municipio, para que puedan tener una comida en condiciones y puedan regresar bien alimentados a sus comunidades, muchas de ellas a dos horas de camino.
Algo se mueve en el Sur Andino…cada año somos capaces de percibir más cambios, más avances, en medio de todas las dificultades. Esto nos anima, a toda la comunidad que formamos TdS, a seguir empujando para que este movimiento, estos avances…estas vidas… no dejen de crecer acá en el Perú.
HASTA PRONTO PERÚ.
Jesús García Consuegra. Cuzco – Perú. 2016