Taller de Solidaridad en Nieva
De vuelta en Chiriaco, tras tres semanas en Santa María de Nieva, por fin, puedo acceder a un ordenador donde escribir y describir nuestra experiencia allí.
El sábado 22 de Julio, debido a las vacaciones escolares, nos pusimos en marcha hacia esta localidad. El viaje no fue fácil, puesto que los deslizamientos de tierra, los inmensos baches y las interminables curvas, hicieron que en más de una ocasión tuviésemos que echar mano de las socorridas bolsas que el conductor siempre lleva a mano. Afortunadamente, yo no tuve que usarlas en ningún momento, pero la niña que iba a mi lado sentada y Josefina, que iba sentada delante, dieron buena cuenta de ellas. Y yo, tragando saliva, iba ayudando a la pequeña, que veía su sueño interrumpido por las sacudidas de su estómago, hasta doce veces.
Cuando llegamos a Nieva, allí nos estaban esperando Wilmer, director de SAIPE (Servicio Agropecuario para la Investigación y Promoción Económica), nuestros compañeros de TdS, Begoña y Sergio, que ya llevaban allí cinco días, e Itsaso, una chica de Vitoria, que va a realizar un voluntariado de un año en la zona.
Con sorpresa y cierto reparo, nos instalamos en una casa, antiguo hogar de una congregación de hermanas que se fueron de Nieva para continuar su trabajo en la zona de Cenepa. Sorpresa por lo grande y bonita que era, y reparo porque parecía que estuviese abandonada desde hace años, cuando había cerrado sus puertas únicamente hace cuatro meses. Nos pusimos manos a la obra y tras limpiar y organizar, poco a poco, hicimos de esta casa un hogar, donde convivimos los cuatro voluntarios de Taller de Solidaridad, compartiendo vida y vivencias durante quince días.
A lo largo de nuestra estancia en Nieva, nos hemos encontrado con gente muy interesante, gente que nos ha movido por dentro y ha hecho que queramos saber más sobre ellos, su cultura y su forma de vivir. Hablaré sobre ellos en una próxima entrada, porque en esta quiero centrarme en nuestra labor como voluntarios de TdS en esta zona.
Debido a que Begoña y Sergio van a hacer su voluntariado en Nieva, como mínimo, hasta octubre, SAIPE les ha asignado dos proyectos donde estudiar la historia de las comunidades awajún y wampi, y el impacto de las diferentes instituciones en la vida de estos pueblos indígenas. Para ello tendrán una labor de campo, que les supondrá visitar las diferentes comunidades para entrevistar a los “apus” y conversar con la gente.
Josefina y yo, principalmente, estuvimos allí trabajando en la radio, pero también pudimos conocer uno de los proyectos que Taller de Solidaridad llevó a cabo junto a SAIPE, financiado por la Obra Social de La Caixa.
Radio Kampagkis, es la emisora que colabora con SAIPE, lleva en funcionamiento desde el 2012, y transmite desde Santa María de Nieva a las poblaciones Awajún, Wampis e hispanohablante sobre las noticias locales, nacionales e internacionales. Pero lo más importante de todo es que desempeña un rol educativo promoviendo diversas temáticas como la defensa del territorio, la igualdad de género y el cuidado del medio ambiente, entre otros asuntos.
Así que por medio de Kampagkis, y sus trabajadores, Rosita Y Henry, nos convertimos en reporteras por unos días, preparando y haciendo entrevistas a diferentes personas: Betsy Parra, jefa académica del Instituto Fe y Alegría 74; a alumnos de esa misma institución que comenzaban sus prácticas; a Wilmer Fernández, director de SAIPE, sobre un proyecto de seguridad alimentaria en las comunidades Awajún y Wampis, llamado “Nungkui” ; y a Micaela, trabajadora de SAIPE, por motivo de su asistencia al Encuentro Nacional : “ Mujeres indígenas, titulación y gobernanza territorial”.
También fuimos entrevistadas por ellos, la primera vez hablando sobre nuestra llegada a Nieva y nuestro trabajo en Chiriaco; y la segunda, informando sobre Taller de Solidaridad, sus principios y objetivos, y su trabajo en la selva peruana.
Uno de los programas que se emiten está realizado íntegramente por cuatro jóvenes Awajún, que colaboran voluntariamente, debatiendo sobre temas de actualidad, haciendo entrevistas a diferentes personas, o simplemente conversando sobre noticias curiosas, o interesantes para ellos. Con ellos impartimos un taller de radio, donde les dimos algunos trucos para mejorar la dicción y, sobre todo la redacción. Son chicos y chicas jóvenes, emprendedores y con ganas de ampliar su formación, para poder acceder a un mejor futuro.
Otra de nuestros cometidos en esta zona, fue conocer cómo continúa el proyecto “Fortalecimiento de capacidades para el manejo sostenible de los recursos naturales en comunidades del Alto Marañón – Perú” que fue llevado a cabo por SAIPE desde abril del 2013 a mayo del 2015, y que contó con la gestión de la Fundación Taller de Solidaridad y el financiamiento de la Obra Social “La Caixa”.
Para ello, acudimos a uno de los acopios de plátano que se hace cada sábado en Chingamar, para poder conversar por la gente y analizar el impacto que ha tenido en sus vidas y en su economía.
Antes de ir, tuvimos una conversación con Guillermo Jaamash, presidente de la asociación, para que nos contara en qué consistió el proyecto, y cómo lo que aprendieron lo han incorporado a su vida diaria, y aún sigue dando sus frutos, lo que les proporciona una vida digna para ellos y para sus hijos. El objetivo de este proyecto era apostar por la producción agroecológica, dando prioridad a la instalación de sistemas de recuperación y manejo de suelos, así como fortalecer y consolidar las organizaciones de productores a nivel local, para asegurar la calidad de producción y fortalecer su capacidad de comercialización.
Se asociaron cuatro comunidades al principio, siendo ahora diez con alrededor de 280 familias/socios. Su producción es principalmente de plátano, pero también plantan maní, cacao, yuca…. Incluso han empezado a sembrar manzanas. Todo el acopio que hacen lo llevan en un camión a Chiclayo, donde tienen un convenio con un mayorista que les ofrece un buen precio por su producto. Aunque hay comerciantes de la zona que quieren hundir su mercado, ellos creen que unidos podrán salir adelante. Aunque poco a poco van consiguiendo establecer un mercado, les faltan algunas cosas para poder funcionar del todo: la certificación del producto, capacitar para la comercialización e inversión, mejorar la calidad, movilidad para trasladar el producto… Por eso, han presentado un proyecto a SAIPE, pero están esperando su aprobación.
Ver como esta gente, con un poco de ayuda, está saliendo adelante y consiguiendo una vida digna, nos da más fuerza para luchar por estos proyectos que Taller de Solidaridad lleva a cabo en el Sur. Se trata de poner en sus manos los instrumentos y formación necesaria, para que logren salir adelante por ellos mismos.
Diana Crespo
Nieva – Perú. 2017