Toma de contacto
Después de un largo e intenso viaje de dos días, con parada en Dubai, por fin,pusimos pie en tierras filipinas. Allí en el aeropuerto, nos esperaba Erlin con su fiel Antonio, más conocido como Ton. Tras un cálido recibimiento con un fuerte abrazo y una gran sonrisa, cogimos la furgoneta para hacer el viaje, de tan sólo 26 kilómetros, a la casa de Quezón City, que es donde nos vamos a alojar en nuestra estancia. Un trayecto que suponíamos corto, pero que se convirtió en un periplo de tres horas, con atascos, adelantamientos, atajos imposibles….Pero como, de todo, siempre hay que sacar lo positivo, fue un viaje que nos dió la oportunidad de romper el hielo con Erlin y hablar distendidamente durante ese tiempo, y además, nos permitió conocer, a través del cristal, rincones de esta enorme ciudad, que quizá no hubiéramos visto de otra manera.
Es una ciudad bulliciosa, desordenada, con mucho tráfico y más gente aún, pero llena de vida y color. La zona donde nosotras vamos a vivir es una zona donde se encuentran, además de la casa, el taller de Quezón y la Holy Family School, colegio de niñas , donde una vez a la semana impartiremos clases de español. Esta zona es universitaria, por lo que hay muchos estudiantes y mucho ambiente. La estructura que tiene el barrio y su trajín, me recuerda mucho a Miraflores, lugar donde me alojé en mi voluntariado en Piura el año pasado.
Llegamos ayer a las 21,30 de aquí y después de cenar, nos duchamos y a la cama. Erlin nos dijo que podíamos descansar hasta la hora que quisiésemos, pero nos advirtió que quizá el ruido nos despertara pronto. Además del ruido de la ciudad en sí, podia desvelarnos la gimnasia que realizan las madres mayores en el jardín todas las mañanas a las siete. Actividad curiosa, puesto que hacen estiramientos, masajes, relajación y respiración, todo para empezar el día con energía. El último ejercicio es una respiración profunda que acaba con un “grito de guerra”. Algo que llamó nuestra atención y que intentaremos mostraros algún día.
Hoy nos levantamos, y tras presentarnos a todas las siervas y trabajadoras de la casa, comimos. El comedor, es un punto de encuentro, para conversar,relajarse, reírse y tratar temas, que debido a la actividad de cada una, hay veces que durante el día no coinciden, y es, en las horas de las comidas, donde se pueden reunir todas. La comida estaba muy rica y lo que más nos gustó fue el postre, algo que no habíamos probado nunca, dulce de aloe vera y rambutan, fruta típica de países asiáticos que a nosotras nos encantó.
Como no, después de comer tomamos el café, que esta vez tenía un poso especial, puesto que simboliza el encuentro de uno de los proyectos de Taller de Solidaridad, con la realidad en la que se va a llevar a cabo. “A Coffee for a Dream” supone una estabilidad en el futuro para familias de Estancia, lugar que visitaremos en diez días, desde el cual os mostraremos como, estas familias están sacando negocios adelante, gracias a los microcréditos que se les ofrecen desde Taller de Solidaridad y “Share a Coffe For”. Aquí os dejo la imagen:
Erlin nos mostró la casa y sus rincones, el taller, donde trabajaremos cuatro días a la semana, la guardería y el colegio. Os dejo algunas fotos, porque me gustaría hablar sobre lo que se hace en cada uno, más adelante. Haremos actividades en todos ellos, y lo explicaré en diferentes posts.
Después de mostrarnos todo, tuvimos la oportunidad de hablar por skype con Jesús y Sonia, que nos encargaron algún trabajito que otro, por los que estamos muy ilusionadas, y nos agradecieron el poder colaborar desde aquí. Las gracias fueron mutuas, por darnos la posibilidad de vivir esta experiencia. Tras ello, dimos una vuelta por el barrio, a la que fuimos con Febi, responsable de las página web y de los temas de ordenadores, una chica risueña y muy divertida. Aquí hace mucho calor, pero lo que más cuesta adaptarse es a la humedad. Humedad que disminuye cuando cae lluvia, gotas que provienen de tormentas que apaciguan ese calor. Una de estas tormentas nos pilló a diez minutos de la casa, así que volvimos, pasadas por agua.
Por hoy, terminamos el día de adaptación y, mañana tendremos la orientación, día para que Erlin nos explique cuál es nuestro objetivo en los lugares donde vamos a trabajar, para coordinarnos y para organizar las diferentes actividades. Nos hemos sentido muy acogidas y muy bien cuidadas, y, por hoy, nos vamos a la cama con las ganas de empezar ya a trabajar, y de echarles una mano en lo que podamos. Os seguiré contando en siguientes posts nuestras andaduras por aquí.
Diana. Filipinas. 22/07/2016
Hola Chicas, me ha encantado vuestro post. Me alegro de la buena acogida de mis hermanas filipinas y de vuestros priemros contactos con esa realidad tan sugerente como es Filpinas. Ánimo con vuetra experiencia y aportad lo mejor de vosotras…
Un fuerte abrazo