El Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños que se celebra cada 23 de septiembre, fue instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas, en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999, para celebrar una fecha argentina: la del 23 de setiembre de 1913. Este día fue promulgada la primera ley en el mundo que marcó la culminación de una de las luchas más resonantes de la historia contra la esclavización de mujeres, niños y niñas para el ejercicio forzado de la prostitución.
La trata de personas es un gravísimo atentado contra los Derechos Humanos que se diversifica en varias modalidades: explotación sexual, explotación laboral, trabajos forzados, tráfico de órganos, etc. De estas variantes, la explotación sexual constituye una de las formas más graves de esclavitud del siglo XXI, y España es uno de los primeros países de Europa consumidor de sexo y prostitución. Según la Organización Internacional de Trabajo, hay 21 millones de personas víctimas del trabajo forzoso en el mundo. De ellas, casi 5 millones son víctimas de trata con fines de explotación sexual. En el caso de las mujeres víctimas de Trata (el 77% en la UE), hablamos además de una de las expresiones más graves de la violencia de género.
Una realidad global (142 países que representan el 94% de la población mundial están afectados por la Trata), que se manifiesta y se trata de combatir desde iniciativas locales en todo el mundo.
En el Sur Andino Peruano, en Urcos, nuestras compañeras Liliana, Lucrecia y Cristina, llevan 15 años comprometidas como Comunidad-Taller de las Siervas de San José en la prevención contra la Trata de Personas. Un trabajo que durante estos dos últimos años ha sido apoyado económicamente por la ONG Integral Solidario, que viene acompañando a Taller de Solidaridad durante más de una década.
Para dar una imagen de lo que es la Trata de Personas en Perú, se ha identificado que durante los seis primeros meses del año 2019, 148 personas sufrieron explotación sexual, 68 explotación laboral, y en menor medida en trabajos y servicios forzados, venta de niños/as o mendicidad, entre otros. Esto lo dicen los informes gubernamentales, pero la realidad está muy por encima de estos números. Las mafias son potentes y lo controlan todo.
Liliana Escobedo, responsable del proyecto, declara: “En el fenómeno de la trata de personas confluyen diversos factores de riesgo como pobreza, inequidad, falta de oportunidades, desigualdades de género, políticas migratorias restrictivas, baja escolaridad, analfabetismo, crisis familiares, abandono, carencia de documentos de identidad y mano de obra barata, entre otros”.
“No podíamos estar indiferentes a la situación de explotación que aparecía ante nosotras. De ahí que optamos por la defensa de los derechos de las mujeres con enfoque de género en todos nuestros proyectos y optamos por el proyecto de Defensa ante la Trata de Personas, situándonos en la línea de la prevención. Una plataforma base para dirigirnos hacia la población fue nuestra Institución Educativa en Urcos. Desde aquí nos desplazamos a todos los colegios, tanto de la zona de las poblaciones del valle hasta las comunidades campesinas de altura, en las que las niñas y niños son entregados con mayor facilidad por las mismas familias, debido a la pobreza”, comenta Cristina Vélez, implicada también en el proyecto y en la Institución Educativa.
Durante este tiempo, el trabajo en red junto a otras organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, ha sido una clave para el éxito de las acciones. Y, en el momento actual, la pandemia de la COVID-19 ha llevado a introducir cambios importantes en el trabajo, buscando alternativas para avanzar en la prevención, reinventando formas y actividades en la lucha contra la trata. Se suprimió todo lo presencial que estaba dirigido a padres y madres de familia, a jóvenes y a las organizaciones del pueblo y a las comunidades campesinas, impulsando algunas iniciativas nuevas:
- Incidencia a través del programa de radio “Estamos Contigo”, emitido semanalmente en quechua y con la participación de psicólogos/as que dan respuesta a la población en estos momentos de crisis.
- Microemprendimientos con el fin de responder a una situación de frustración y desesperanza por el confinamiento y la enorme crisis económica. Era una manera de seguir trabajando en la lucha contra la trata de personas. Las adolescentes en situaciones de mayor precariedad hicieron productos de panadería, cocina y pastelería, con venta a domicilio. Mientras que las mujeres adultas desempleadas asumieron el emprendimiento en limpieza y desinfección.
- Educación para el Trabajo en el Centro de Educación Técnica y Productiva que gestionan en Urcos. Apuntando hacia el desarrollo de las competencias laborales, pero también áreas complementarias que den a las personas una visión más amplia de la vida, que evite caer en la Trata de Personas.
“Dadas las dimensiones de este problema, no hay forma de solucionarlo en su totalidad, pero sí desde el trabajo en red de las organizaciones sociales, donde siempre hemos encontrado y seguimos contando con el apoyo de Taller de Solidaridad, se contribuye a disminuir de manera significativa su impacto en la población más vulnerable”, afirma Lucrecia Aliaga.
A casi 10.000 km de distancia, desde diferentes lugares en España, un equipo de compañeras/os y profesionales con quienes también Taller de Solidaridad ha trabajado en proyectos conjuntos, Proyecto Esperanza ofrece un apoyo integral a las mujeres víctimas de trata desde 1999.
“La base de nuestro trabajo es una intervención de calidad y significativa, que permite la recuperación de las supervivientes, ofreciéndoles un acompañamiento en el tiempo que es diferente y especializado según cada mujer. La atención es integral, incidiendo sobre todas las dimensiones y necesidades de la vida de las mujeres con el fin de favorecer procesos progresivos y ajustados en el tiempo para la recuperación de sus vidas, el desarrollo de sus potencialidades y capacidades, la adaptación a la sociedad y el logro de una vida plena. Las áreas de intervención que trabajamos son: educativa, psicológica, jurídica, social y laboral”, declara Antonio Rivas, coordinador del área de gestión.
Proyecto Esperanza ha contribuido a la lucha contra la Trata en España en los últimos años, aportando su análisis, reflexiones y propuestas, junto con numerosas instituciones y agentes sociales. Sus esfuerzos se han centrado principalmente en:
- Sensibilizar frente a la trata personas como una grave violación de los Derechos Humanos.
- Resaltar la obligación que tienen los Estados de actuar con diligencia y proactividad para prevenir el delito y, en su caso, proteger, reparar y compensar a las víctimas.
- Visibilizar la situación de especial vulnerabilidad de las víctimas de trata que son extranjeras en situación irregular, solicitantes de protección internacional, personas con discapacidad y menores.
- Contribuir a evitar la revictimización de las supervivientes de trata, especialmente en los procesos penales, y a garantizar su reparación y compensación efectiva.
Chantall es una superviviente de trata que ha pasado por la casa de acogida de Proyecto Esperanza. “Al principio me costaba mucho el tema de la confianza. No sabía que podía compartir mi dolor. Pero gracias al apoyo de la psicóloga he podido conocerme a mí misma y descubrir mis fortalezas”, nos cuenta.
Chantall es un ejemplo de coraje y superación. “En Proyecto Esperanza la hemos apoyado desde los distintos servicios y hemos sido testigos de cómo ha rehecho su vida en España. Ha aprendido español, se ha formado y actualmente está trabajando. Además, apoya de forma voluntaria al Proyecto Esperanza, colaborando en talleres para las mujeres que están en el proceso de recuperación y en actividades del Área de Sensibilización”, declara Ana Almarza, directora del Proyecto Esperanza.
En Taller de Solidaridad continuamos apoyando iniciativas locales para superar problemáticas globales. Seguiremos colaborando para mejorar esta realidad de la Trata de Personas que se extiende a lo largo de todo el Planeta.