"Me compré una máquina de coser, aunque no sabía costurar, pero quería aprender, así que me apunté a un curso de costura. Empecé haciendo prendas para mis hijos y mi marido, y ahora coso desde casa por encargo para mis vecinas y mi comunidad. Aunque la pandemia me hizo perder muchos clientes, voy a lograr seguir con mi emprendimiento y hacerlo crecer para que mi marido pueda dejar su trabajo de albañil y juntos saquemos a nuestra familia adelante Hemos pasado muchos problemas económicos, incluso hubo una época en la que mi marido y yo teníamos que turnarnos para llevarnos a nuestros hijos al trabajo porque necesitábamos el dinero de los dos para pagar los gastos. Ahora, gracias a la costura, puedo estar con mis hijos y ayudar a pagar la casa que nos estamos construyendo".